Según indican los expertos, el labio superior es uno de los rincones más erógenos que tenemos los seres humanos.
Sensible por naturaleza, el labio superior posee una infinidad de terminaciones nerviosas que son capaces de hacernos experimentar sensaciones inexplicables; y en el caso de las mujeres aún más, ya que existe un canal nervioso sutil que conecta el labio superior con el clítoris.
Incluso, la técnica japonesa Shiatsu, recomienda un suave y delicado masaje en el labio superior de la mujer, para liberar su energía sexual y estimular el deseo. Lo cual no es de extrañar, ya que la boca, según la teoría freudiana, es el primer lugar donde se asienta el deseo sexual.
Tenemos entonces, motivos suficientes para que las parejas no dejen de besarse a pesar del paso del tiempo, ya que además es un ejercicio saludable que intensifica el vínculo y la empatía entre sí.
En otras palabras un beso apasionado moviliza 30 músculos faciales, el corazón bombea más sangre, se dilatan los vasos sanguíneos, la sangre fluye de una forma buena y firme; y la serotonina, la dopamina y la oxitocina se disparan, provocando que nos sintamos alegres, amados y con buena autoestima.